Me transformas en estallido de gozo
Y entre tus manos corre un río de néctar
Que bebes anhelante de pasión.
Te conviertes en un volcán que no acabo de apagar
Y una lluvia de besos baja a sembrar risas sobre nuestra piel
Amarrados en un abrazo de caricias
Desatamos los prejuicios del no saber
Ardemos en una hoguera de gemidos y silencios de suspiro
Y te amo y me amas en un solo y tembloroso placer.
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